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Los 10 errores más comunes en la estrategia financiera de las empresas
Los 10 errores
más comunes en la estrategia financiera de las empresas
No solo se aprende de los aciertos
§
Los directivos no estudian la posibilidad de que los escenarios cambien
§
Las estrategias deben incluir variables generalmente olvidadas
Es habitual encontrarse con recopilaciones de los hábitos o costumbres que
conducen al hábito empresarial, así como los ejemplos de directivos que han
tenido un éxito importante y cuál es la mejor manera de seguir sus pasos.
Pero también es importante fijarse también en cuales son los errores más
habituales, porque de estos fallos es fácil aprender. Esta es la conclusión del
bloguero Javier García, que ha analizado la obra de los hermanos Dan y Chip
Heath, "Decídete", en el que hablan de los errores más comunes en la
estrategia financiera de las empresas.
Los
errores más habituales:
1-
Tener la convicción de que solo existe una opción válida y es la que hemos
contemplado.
Se concibe la estrategia empresarial como algo único y lineal, pero este
hábito se puede convertir en un 'cáncer financiero' que puede deparar en daños
irreparables. No todo son clientes, ingresos y gastos.
2-
Minusvalorar los riesgos técnicos:
Hay que contemplar las posibilidades de que los proyectos no salgan según
el plan inicial. Estos contratiempos derivan en importantes costes que hay que
tener en cuenta para que no se conviertan en una gran carga en el balance de la
compañía.
3- Los
directivos no suelen pensar en términos de tesorería:
Los empresarios no calculan a largo plazo. Se fijan en lo bien que van las
cosas cuando hay dinero pero no saben predecir cuando va a dejar de haberlo. De
hecho, cuando se agotan las reservas las consecuencias pueden ser muy duras por
esta falta de previsión.
4- Las
empresas adolecen la salida al mercado de nuevos productos:
Es fundamental evaluar bien la salida al mercado de un producto. Este
proceso no se puede demorar perfeccionando algo que luego puede no funcionar.
Antes de desarrollar nuevas ideas hay que analizar el mercado para ver si el
diseño tiene cabida o va a ser bien aceptado.
5- El
capital social no es igual a la deuda:
Javier García destaca que muchos empresarios meten en el mismo saco capital
social y deuda, pero, según defiende, “la deuda no aporta valor”. Hay que
devolverla, y con intereses. Es peligroso confundir estos conceptos porque en
el caso de no rentabilizar los préstamos, las compañías se exponen a
complicaciones importantes.
6- Los
empresarios se olvidan de los intangibles:
El desarrollo de un producto pasa por el trabajo y los estudios de muchos
trabajadores de una compañía. Esta parte del esfuerzo es parte de los activos
de la firma y reflejan el verdadero potencial financiero que tiene. No
mostrarlo equivale a no trasmitir todo el futuro con el que cuenta la firma,
pero la legislación tributaria lleva a muchos empresarios a esconder en otras
partidas esta parte de los activos.
7- Las
propuestas de valor se comunican por separado de las estrategias financieras:
No se puede entender la estrategia financiera como algo independiente a la
estrategia financiera. Una empresa no es solo su producto, eso no es nada más
que la punta del iceberg. Detrás de ese producto se esconden acuerdos,
contactos, desarrollos y otras cuestiones importantes que hacen que estos dos
conceptos tengan que estar unidos.
8- El
EBITDA no es flujo de caja:
No se puede perder nunca el rastro del dinero en caja con el que se cuenta.
En este sentido, el EBITDA es un indicado que puede engañar, pues los
empresarios tienen a olvidarse de que tienen que devolver deudas, pagar
amortizaciones o intereses y tributar impuestos.
9-
Confundir usuarios con clientes:
No sirve de nada contar con muchos usuarios si no se convierten en clientes
reales. Javier García pone como ejemplo la actividad de un concesionario, donde
no aporta ningún valor que entren 100.000 personas a ver un coche si al final
no lo compran.
10- La
incertidumbre tiene que entrar en la estrategia para que sea buena:
La incertidumbre y la volatilidad van de la mano en la planificación de las
estrategias de la empresa. Los empresarios se olvidan de que se pueden
encontrar ante multitud de escenarios diferentes al planeado en el análisis
inicial. Hay que incluir en las estrategias los desvíos y la variabilidad.
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Fuente: Bolsamania
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